a historia de la Asociación de Anestesiología de Misiones comienza en al década de 1950 cuando en la ciudad de Posadas se establecieron los primeros especialistas que fueron los doctores Osvaldo Monferrán y Saúl Pérez como los precursores de la Anestesiología en la provincia. No muy lejos en el tiempo del nacimiento en otras partes del país de asociaciones de anestesia.
Ellos recordaban que el debut siendo jóvenes fue prácticamente cuando sucedió la epidemia de Poliomielitis (fines de la década del ´50): tuvieron que usar los primeros respiradores en la tierra colorada. Eran los pulmotores, enormes artefactos, donde entraba todo el cuerpo y la cabeza quedaba afuera, que ayudaron a salvar vidas. Luego, los tiempos del Fabontal, el vaporizador o burbujeador de Takaoka; hasta se usaba para los niños un colador lleno de algodón y gasa, donde se hacía gotear éter, la técnica de llamaba “a la reina”, porque así se había dormido a la reina de Inglaterra.
Al principio las reuniones eran informales y sociales, y donde se intercambiaban detalles técnicos y aspectos científicos. Los primeros anestesistas –como se decía entonces- solían tener también una segunda especialidad. El Sapo Pérez hacía hemoterapia, Monferrán y Pérez Bruquetti hacían pediatría, Salah Shalé era también obstetra, Valdovinos ejercía además de cirujano. Y estaban Alberto Balette, y Luis Margalot que después se inclinaron por otras especialidades. En el interior de la provincia sobre todo, los propios cirujanos hacían la anestesia a sus pacientes, raquídeas con terribles agujas, luego se cambiaban de guante y operaban, mientras una enfermera cuidaba a los enfermos. Era la época en que los anestesistas cobraban el 20% de los honorarios del cirujano. Casi no había Obras Sociales.
En la actualidad, a veces se escucha hablar a los antiguos médicos clínicos de los “años dorados” de la Medicina para contraponer ese período al que vino después, de “proletarización” del trabajo médico. El Círculo Médico era el que congregaba a todos los profesionales de la Salud y cuando había que rellenar un papel, era para presentarlo a través del sanatorio respectivo donde se desempeñaba el anestesista, ya que su remuneración la cobraba a través de las clínicas y sanatorios. En las décadas del ’60 y ’70 fueron llegando otros médicos a la capital misionera y al interior de la provincia, que hacían anestesia cada vez con más exclusividad; y se fueron perfilando los lineamientos de lo que sería la Asociación de Anestesiología de Misiones (AAM).
Posteriormente llegaron “1º de mayo” Ortiz, Herminio “jacú” Id Amado, Pety Silva, Papachín Fabio a Oberá, Juan acaperón Saggin y Alberto “Negro” Szretter, Lilian Lega y Asencio “Checho” Zambran a Eldorado, Luis Bóveda a Puerto Libertad e Iguazú. La Asociación de Anestesia de Misiones era un ente sin personería jurídica. Era aquél grupo de amigos que decíamos, que se fue perfilando en asados de fin de año y alguna reunión anual más, pero no muchas más. Nos solíamos juntar en una quinta que tenía Ortiz cerca del aeropuerto de Posadas, a veces en la casa de algún médico, de Pérez Bruqueti por ejemplo, o de Monferrán por la calle San Martín. La propia Anestesiología argentina iba despuntando sus primeras armas organizativas. Vivíamos la época e íbamos aprendiendo el costado gremial de nuestra labor. Con el arribo de nuevos profesionales y la complejización de nuestra especialidad las cosas fueron cambiando hacia un ejercicio más autónomo y con maniobras de defensa de nuestros derechos. Ya estamos en la década del ´80. Pero la misma Medicina en general fue rotando. La AAM comenzó por nuclear progresivamente con mayor cohesión a los médicos de Posadas, de Oberá y Eldorado principalmente, que realizaban anestesia tanto a nivel privado como en los hospitales públicos. Los pilares que fueron agrupando siempre a los anestesiólogos se basaron en los segmentos científicos y gremiales. Paralelamente se desarrolló un sentido de camaradería y pertenencia que homogenizó a los profesionales. En 1.982, se realizaron en Iguazú las Jornadas Argentinas de Anestesiología, con el acompañamiento de la Institución madre, la Federación Argentina de Asociaciones de Anestesia (FAAA), que contó con la presencia de destacados académicos de la época, que aunque no contábamos con una organización Institucionalizada, ya estábamos a los albores de obtener el reconocimiento oficial.
La personería jurídica se consiguió en el año 1989, con un Estatuto que fue modificado posteriormente con mayor compromiso de responsabilidad profesional y ética. Para ese entonces ya estábamos distribuidos en la provincia 20, 30, 40 Anestesiólogos y nos reuníamos en un local de la calle Córdoba, a una cuadra del Nosiglia, que compartíamos con una firma comercial. Hubo dos grandes movimientos que fueron imprescindibles, basales, para “despegarnos” del resto de los profesionales no especialistas, uno, afianzarnos académica y técnicamente en la especialidad; prestábamos un buen servicio (de seguridad, de formación, de prestigio, de calidad) y también, buscar unirnos los pares. Por esa fase editábamos la Revista de Anestesia de nuestra Asociación cuyo lema tácito y siempre presente era: la unión hace a la fuerza. Fue un ciclo casi heroico porque aprendíamos sobre la marcha y asimilábamos conocimientos y prácticas, aprendimos de otras Asociaciones de la Argentina y de Federación que ya aportaba pautas de dignificación y gremialismo. Simultáneamente nos pulíamos para adentro, diseñando una Asociación combativa, con personería jurídica, con Estatuto claro, y objetivos estratégicos; y con participación regional y nacional. Nos mudábamos a un local por la calle Salta.
En el año 1999 se cambió la denominación de AAM por el de Asociación Misionera de Anestesia Analgesia y Reanimación (AMAAR), para lograr –también con la sigla- delimitar el campo de acción de los Anestesiólogos. Las dos columnas principales de la Asociación, la agremiación y la excelencia académicas de sus miembros, a través de la realización de Cursos, Jornadas y Congresos científicos, siguieron dominando sus actividades. Así se concretó en el año 1998 el XXVII Congreso Argentino de Anestesiología y el V Congreso Sudamericano de la especialidad (organizado por los médicos anestesiólogos misioneros) en la ciudad de Iguazú, con gran éxito que nos permitió comprar la actual sede.
En esta etapa de su evolución hay que resaltar la preocupación de sus integrantes para que los médicos anestesiólogos de Misiones obtuvieran el título de especialista, para ejercer en la provincia, a través de un organismo de ley, como el Colegio de Médicos de la provincia de Misiones. Para ello se realizó un convenio entre esta Institución y la Federación Argentina de Asociaciones de Anestesia Analgesia y Reanimación (FAAAAR), máxima institución que agrupa y rige a todos loa anestesiólogos del país a la cual nos encontramos federados.-
En diciembre del año 2004 se creó la Fundación de Anestesia de la Asociación Misionera de Anestesia analgesia y Reanimación, con el fin de prestar un servicio a la comunidad y elevar superlativamente la capacidad técnica de sus
Socios, por medio de becas, pasantías y trabajos de investigación de campo.
Actualmente la AMAAR tiene 56 Socios en las siguientes categorías ADHERENTES – ACTIVOS – TITULARES – VITALICIOS y HONORARIOS – posee sede propia, realiza reuniones semanales en Posadas y en el interior de la provincia, organiza actividades científicas mensualmente y participa activamente de las acciones de la FAAAAR.- Cabe destacar al respecto, que un misionero el Dr Roberto Delgado integró por el término de 10 años el Comité Ejecutivo de la FAAAAR, llegando al máximo cargo de Presidente. En la actualidad otro socio de la AMAAR continúa integrando el Comité Ejecutivo de la FAAAAR.
En Septiembre del 2010 y en conjunto también con la FAAAAR, hemos tenido el orgullo de organizar el segundo congreso de la especialidad en Misiones- el XXXII Congreso Argentino de Anestesiología que se llevó a cabo otra vez en la ciudad de Iguazú, el cual como los anteriores eventos fue un éxito, en el mismo se contó con la participación de los máximos profesores de la especialidad nacionales, y extranjeros con una exposición de la industria, que aportó relevancia en actualización científica y tecnológica a la especialidad.
“ La anestesia no concluye cuando despertamos a un paciente, sino cuando nos sentimos incluidos en un proyecto común con nuestros pares”.